Pero como lo del Barrio Sésamo no daba para mucho más, he pensado que sería mejor hablar de algunos de mis fabulosos e irrepetibles... ¡compañeros!
Todos hemos tenido alguna vez alguna experiencia traumática con alguno de nuestros profesores y sería raro el caso que no pudiera contar alguna anécdota del profe freaky que le tocó padecer (Espacio reservado para vuestras respuestas. El Diario de Patricia: "Mi profesor era..."...).
El año pasado creo que conté los dos casos destacados:
Uno era el de plástica, un individuo repulsivo que se dedicaba a provocar, a dar por culo con su mala educación y su falta de respeto, a insultar y vejar a los alumnos que le caían mal (incluso a retarlos, que aún recuerdo cuando estaba de guardia y vi cómo, en una discusión, le decía a uno que le esperaba en la calle). Y además, era un especialista. En cogerse la baja a mitad de curso y desaparecer. El año pasado fue un accidente de tráfico que le dañó las cervicales. Pobre...
Y el otro era el de filosofía, que estaba más para allá que para acá. Si bien tenía una parte lúcida (un 20% de sus capacidades cerebrales), en su mayor parte le daba por mostrar un lado extraño y a menudo pasota. Por ejemplo, dejaba jugar al fútbol a los chicos en clase (el inspector le pilló un par de veces...), miraba a las niñas con ojos libidinosos, les hacía comentarios fuera de lugar...
Todos hemos tenido alguna vez alguna experiencia traumática con alguno de nuestros profesores y sería raro el caso que no pudiera contar alguna anécdota del profe freaky que le tocó padecer (Espacio reservado para vuestras respuestas. El Diario de Patricia: "Mi profesor era..."...).
El año pasado creo que conté los dos casos destacados:
Uno era el de plástica, un individuo repulsivo que se dedicaba a provocar, a dar por culo con su mala educación y su falta de respeto, a insultar y vejar a los alumnos que le caían mal (incluso a retarlos, que aún recuerdo cuando estaba de guardia y vi cómo, en una discusión, le decía a uno que le esperaba en la calle). Y además, era un especialista. En cogerse la baja a mitad de curso y desaparecer. El año pasado fue un accidente de tráfico que le dañó las cervicales. Pobre...
Y el otro era el de filosofía, que estaba más para allá que para acá. Si bien tenía una parte lúcida (un 20% de sus capacidades cerebrales), en su mayor parte le daba por mostrar un lado extraño y a menudo pasota. Por ejemplo, dejaba jugar al fútbol a los chicos en clase (el inspector le pilló un par de veces...), miraba a las niñas con ojos libidinosos, les hacía comentarios fuera de lugar...